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Por Juan M. Arellano*
Originalmente publicado en AmericaLatina, diciembre 2011
America Latina es una región en desarrollo. Los recursos naturales de la región han sido uno de los factores mas importantes para el crecimiento económico de nuestros países. Es así el caso que el Banco Mundial y otras instituciones financieras están alentando a nuestros países a comprometerse con el crecimiento de las industrias extractivas como una estrategia de desarrollo. Muchos países latinoamericanos están dando la bienvenida a empresas mineras extranjeras ya que los ingresos de la minería pueden ayudar a aumentar el Producto Interno Bruto y pueden impulsar el crecimiento económico la región. Sin embargo, la minería también tiene consecuencias negativas. El efecto negativo más conocido es en la degradación del medio ambiente. Ejemplos de esto son la diversión y la contaminación de las fuentes de agua, las fugas tóxicas y los derrames químicos en la tierra. Esto también afecta a las comunidades que se encuentran en las proximidades de una mina. Muchas comunidades son desplazadas lo cual conlleva a problemas sociales muy graves, como la pobreza, la inseguridad alimentaria, la pérdida de acceso a los servicios públicos, y la descomposición social.
Un ejemplo actual en el que se puede apreciar estos efectos es Marmato, un pueblo minero de unas 8.000 personas en el departamento de Caldas, Colombia. Desde hace más de 500 años, la minería artesanal en este municipio ha creado una comunidad distinta en el corazón de la montaña. En 1982, el gobierno colombiano reconoció a Marmato como lugar
histórico nacional, debido a su tradición minera de siglos de antigüedad. Hace mas cinco años los cimientos del pueblo fueron sacudidos cuando una compañía minera canadiense, Colombia Goldfields Limited, inició su proyecto para la construcción de una mina a cielo abierto. Muchos en Marmato y en toda Colombia llaman a este proyecto un “desplazamiento económico forzado” de la población y la erradicación de la histórica y cultura de una comunidad que ha dependido de la minería desde sus inicios. Por ello, muchos de sus habitantes se oponen con vehemencia a este proyecto. El pueblo puede ser borrado del mapa en menos de 5 años ya que la compañía tiene planes de extracción por los próximos 20 años (tiempo promedio de vida de minas de oro). Además de esto la mina también dejara detrás un agujero en el suelo y 8.000 desplazados.
La minería, como lo he tratado de mostrar, puede ser considerada como una actividad a corto plazo con efectos a largo plazo. La minería llega con la promesa de riqueza y empleo, pero hay millones de personas en todo el mundo que puedan darnos ejemplos de los altos costos sociales y ambientales que trae la minería como la apropiación de tierras, los impactos negativos en la salud, la alteración de las relaciones sociales, la destrucción de las formas de subsistencia, la desintegración social, los cambios radicales y abruptos de las culturas regionales, el desplazamiento, y el desaparecimiento de actividades económicas locales. Todo esto se suma a las peligrosas condiciones laborales de ese tipo de actividad; accidentes en minas son muy frecuentes en todo el mundo.
La minería en America Latina debe llevarse a cabo con cuidado y responsabilidad. Los gobiernos de países desarrollados como el canadiense junto con los gobiernos de nuestros países, deben trabajar juntos para encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico, el cual es necesario e imperativo, y la protección de las comunidades y el medio ambiente que puedan verse afectadas por proyectos de minería a gran escala.
* Juan M. Arellano tiene una Maestría en Asuntos Internacionales de la Universidad de Carleton, Ottawa. Juan tiene interés particular en asuntos indígenas, desarrollo International, economía política global, America Latina, conflicto y justicia social. Juan puede ser contactado por medio de la siguiente dirección electrónica: [email protected]
Originalmente publicado en AmericaLatina, diciembre 2011
America Latina es una región en desarrollo. Los recursos naturales de la región han sido uno de los factores mas importantes para el crecimiento económico de nuestros países. Es así el caso que el Banco Mundial y otras instituciones financieras están alentando a nuestros países a comprometerse con el crecimiento de las industrias extractivas como una estrategia de desarrollo. Muchos países latinoamericanos están dando la bienvenida a empresas mineras extranjeras ya que los ingresos de la minería pueden ayudar a aumentar el Producto Interno Bruto y pueden impulsar el crecimiento económico la región. Sin embargo, la minería también tiene consecuencias negativas. El efecto negativo más conocido es en la degradación del medio ambiente. Ejemplos de esto son la diversión y la contaminación de las fuentes de agua, las fugas tóxicas y los derrames químicos en la tierra. Esto también afecta a las comunidades que se encuentran en las proximidades de una mina. Muchas comunidades son desplazadas lo cual conlleva a problemas sociales muy graves, como la pobreza, la inseguridad alimentaria, la pérdida de acceso a los servicios públicos, y la descomposición social.
Un ejemplo actual en el que se puede apreciar estos efectos es Marmato, un pueblo minero de unas 8.000 personas en el departamento de Caldas, Colombia. Desde hace más de 500 años, la minería artesanal en este municipio ha creado una comunidad distinta en el corazón de la montaña. En 1982, el gobierno colombiano reconoció a Marmato como lugar
histórico nacional, debido a su tradición minera de siglos de antigüedad. Hace mas cinco años los cimientos del pueblo fueron sacudidos cuando una compañía minera canadiense, Colombia Goldfields Limited, inició su proyecto para la construcción de una mina a cielo abierto. Muchos en Marmato y en toda Colombia llaman a este proyecto un “desplazamiento económico forzado” de la población y la erradicación de la histórica y cultura de una comunidad que ha dependido de la minería desde sus inicios. Por ello, muchos de sus habitantes se oponen con vehemencia a este proyecto. El pueblo puede ser borrado del mapa en menos de 5 años ya que la compañía tiene planes de extracción por los próximos 20 años (tiempo promedio de vida de minas de oro). Además de esto la mina también dejara detrás un agujero en el suelo y 8.000 desplazados.
La minería, como lo he tratado de mostrar, puede ser considerada como una actividad a corto plazo con efectos a largo plazo. La minería llega con la promesa de riqueza y empleo, pero hay millones de personas en todo el mundo que puedan darnos ejemplos de los altos costos sociales y ambientales que trae la minería como la apropiación de tierras, los impactos negativos en la salud, la alteración de las relaciones sociales, la destrucción de las formas de subsistencia, la desintegración social, los cambios radicales y abruptos de las culturas regionales, el desplazamiento, y el desaparecimiento de actividades económicas locales. Todo esto se suma a las peligrosas condiciones laborales de ese tipo de actividad; accidentes en minas son muy frecuentes en todo el mundo.
La minería en America Latina debe llevarse a cabo con cuidado y responsabilidad. Los gobiernos de países desarrollados como el canadiense junto con los gobiernos de nuestros países, deben trabajar juntos para encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico, el cual es necesario e imperativo, y la protección de las comunidades y el medio ambiente que puedan verse afectadas por proyectos de minería a gran escala.
* Juan M. Arellano tiene una Maestría en Asuntos Internacionales de la Universidad de Carleton, Ottawa. Juan tiene interés particular en asuntos indígenas, desarrollo International, economía política global, America Latina, conflicto y justicia social. Juan puede ser contactado por medio de la siguiente dirección electrónica: [email protected]