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Por Axel Alonso García
Reseña literaria: Schkolnik, Saúl, Cuentos Ecológicos, Ed. Fondo de Cultura Económica, 1992 México, D.F.
Originalmente publicado en el Especial sobre Cambio Climático de la Revista Refundación
¿Y si no fueran sólo cuentos?
El severo daño al medio ambiente y las repercusiones de esto no son un problema de fácil solución, se tiene que ir creando la conciencia entre la población de que los humanos sólo somos una especie más en el planeta, que en esta existen ciclos que no se deben alterar o de lo contrario puede haber terribles consecuencias.
Esto es algo que debemos ir desarrollando poco a poco, y la literatura es una maravillosa forma de ir entendiendo la irresponsabilidad de nuestro estilo de vida consumista, desde que aprendemos a leer en adelante.
El libro Cuentos ecológicos de Saúl Schkolnik publicado por el sello de libros infantiles del Fondo de Cultura Económica presenta cuatro breves cuentos en los que el tema es la naturaleza, sus ciclos, las formas de vida y la destrucción de esta por el hombre. El libro a través de relatos sencillos y divertidos crea historias que invitan a los niños a pensar en muchos de los detonantes de la destrucción ambiental, además de posibles soluciones.
El primer cuento narra la historia de una cadena alimentaria en un pantano, todo esto a partir del florecimiento de una vanidosa flor y lo que sucede con los que participan en este ciclo vital.
El segundo cuento es una burla a las inútiles a interminables reuniones de líderes o especialistas internacionales en las que más que buscar soluciones se la pasan peleando por cuestiones políticas, económicas o de imagen, el título del cuento no puede ser más preciso El congreso de los sabios tontos.
Reseña literaria: Schkolnik, Saúl, Cuentos Ecológicos, Ed. Fondo de Cultura Económica, 1992 México, D.F.
Originalmente publicado en el Especial sobre Cambio Climático de la Revista Refundación
¿Y si no fueran sólo cuentos?
El severo daño al medio ambiente y las repercusiones de esto no son un problema de fácil solución, se tiene que ir creando la conciencia entre la población de que los humanos sólo somos una especie más en el planeta, que en esta existen ciclos que no se deben alterar o de lo contrario puede haber terribles consecuencias.
Esto es algo que debemos ir desarrollando poco a poco, y la literatura es una maravillosa forma de ir entendiendo la irresponsabilidad de nuestro estilo de vida consumista, desde que aprendemos a leer en adelante.
El libro Cuentos ecológicos de Saúl Schkolnik publicado por el sello de libros infantiles del Fondo de Cultura Económica presenta cuatro breves cuentos en los que el tema es la naturaleza, sus ciclos, las formas de vida y la destrucción de esta por el hombre. El libro a través de relatos sencillos y divertidos crea historias que invitan a los niños a pensar en muchos de los detonantes de la destrucción ambiental, además de posibles soluciones.
El primer cuento narra la historia de una cadena alimentaria en un pantano, todo esto a partir del florecimiento de una vanidosa flor y lo que sucede con los que participan en este ciclo vital.
El segundo cuento es una burla a las inútiles a interminables reuniones de líderes o especialistas internacionales en las que más que buscar soluciones se la pasan peleando por cuestiones políticas, económicas o de imagen, el título del cuento no puede ser más preciso El congreso de los sabios tontos.
La tercer historia es la de unos pescadores que por salvar a un cangrejo mágico pueden transformar rápidamente los recursos de su isla en bienes para sus familias, sin embargo, la vanidad y la irresponsabilidad lo llevan a una competencia por tener cosas “mejores” que el otro, lo cual tiene consecuencias devastadoras para su isla.
El cuento termina felizmente cuando el cangrejo usa sus poderes para regresar los inútiles y excesivos bienes a su forma natural para así salvar su isla, sin embargo dentro de este final satisfactorio hay una severa sentencia “He podido hacerlo, porque sólo se trata de un cuento” sólo en la ficción las soluciones son tan sencillas y la magia es una opción, lamentablemente nosotros tenemos que cambiar nuestra actitud.
El último cuento retoma las premisas de los ciclos naturales y los recursos naturales de los cuentos anteriores. En Por qué no se puede cazar a un dodose nos cuenta la historia de Berto, habitante de la Isla de Mauricio que vive de la fabricación de bellos y suaves sombreros utilizando los nidos que los cangrejos hacían con cáscara de coco. Es por eso que empieza a cazar despiadadamente a los dodos: las torpes aves se comen los cocos lo cual para Berto es un peligro, ya que sin cocos no hay nidos para sus sombreros.
Tiempo después de que Berto mata al último de estos animales, el lector se da cuenta del importante papel que las especies tienen en los ecosistemas y como la desaparición de los dodo tiene desastrosas consecuencias para el ecosistema de Mauricio y aunque obviamente el cuento no tiene un final feliz, si hay una especie de castigo, ya que entre los perjudicados por la extinción de los dodo están los cangrejos, lo cual arruina el trabajo de artesano de Berto.
El autor es Saúl Schkolnik, nacido en Santiago de Chile en 1929, es un escritor, arquitecto y Licenciado en Filosofía, cuya obra, principalmente dirigida al público infantil, utilizando el cuento como una forma de difundir temas relacionados con la naturaleza, la ciencia o los mitos de Chile y otras parte de Latinoamérica.
Cuentos ecológicos no sólo es una invitación a pensar de otra manera el medio ambiente y el papel de los humanos en su destrucción o preservación dirigida a los niños, a quienes varias de las historias seguro se les quedarán en la mente (en mi caso, desde que leí el libro, lo cual fue hace unos 10 años, no puedo evitar pensar en el último cuento cada que escucho de la isla de Mauricio o de los dodo), pero eso no quiere decir que un adulto no pueda disfrutarlo, es más: ¡Qué manera tan positiva de consentir a nuestro “niño interior” que con cuentos, además de entretenidos nos ponen a reflexionar sobre temas tan importantes y con grandes repercusiones en nuestra vida!
El cuento termina felizmente cuando el cangrejo usa sus poderes para regresar los inútiles y excesivos bienes a su forma natural para así salvar su isla, sin embargo dentro de este final satisfactorio hay una severa sentencia “He podido hacerlo, porque sólo se trata de un cuento” sólo en la ficción las soluciones son tan sencillas y la magia es una opción, lamentablemente nosotros tenemos que cambiar nuestra actitud.
El último cuento retoma las premisas de los ciclos naturales y los recursos naturales de los cuentos anteriores. En Por qué no se puede cazar a un dodose nos cuenta la historia de Berto, habitante de la Isla de Mauricio que vive de la fabricación de bellos y suaves sombreros utilizando los nidos que los cangrejos hacían con cáscara de coco. Es por eso que empieza a cazar despiadadamente a los dodos: las torpes aves se comen los cocos lo cual para Berto es un peligro, ya que sin cocos no hay nidos para sus sombreros.
Tiempo después de que Berto mata al último de estos animales, el lector se da cuenta del importante papel que las especies tienen en los ecosistemas y como la desaparición de los dodo tiene desastrosas consecuencias para el ecosistema de Mauricio y aunque obviamente el cuento no tiene un final feliz, si hay una especie de castigo, ya que entre los perjudicados por la extinción de los dodo están los cangrejos, lo cual arruina el trabajo de artesano de Berto.
El autor es Saúl Schkolnik, nacido en Santiago de Chile en 1929, es un escritor, arquitecto y Licenciado en Filosofía, cuya obra, principalmente dirigida al público infantil, utilizando el cuento como una forma de difundir temas relacionados con la naturaleza, la ciencia o los mitos de Chile y otras parte de Latinoamérica.
Cuentos ecológicos no sólo es una invitación a pensar de otra manera el medio ambiente y el papel de los humanos en su destrucción o preservación dirigida a los niños, a quienes varias de las historias seguro se les quedarán en la mente (en mi caso, desde que leí el libro, lo cual fue hace unos 10 años, no puedo evitar pensar en el último cuento cada que escucho de la isla de Mauricio o de los dodo), pero eso no quiere decir que un adulto no pueda disfrutarlo, es más: ¡Qué manera tan positiva de consentir a nuestro “niño interior” que con cuentos, además de entretenidos nos ponen a reflexionar sobre temas tan importantes y con grandes repercusiones en nuestra vida!